domingo, 23 de enero de 2011

Crítica de la obra teatral

"Los corderos del maravilloso mundo de los animales"




Dentro de la muestra de teatro ADMUNDO CHACOUR, la compañía de teatro HISTRIÓN TEATRO de Granada puso en escena "Los corderos", premio al mejor espectáculo en gira 2010, feria de Huesca.
Una pieza teatral oscura que pone de relieve un mundo degradado incapaz de sobre levantarse ante una disolución familiar, remarcan la violencia, la desconexión familiar, la propia indiferencia unida al desamor. El incesto de un padre que con demasiada ligereza pone la otra cara del horror latente.
La parodia de los personajes invocados a un mundo feroz se condensan en un realismo que no imprime nada positivo. Todo aquello que lleva a una vida familiar sana se ve ensombrecido por las esxtrañas figuras que en vez de ser resultantes de hallan envueltas en un halo de extrañamiento, dando como resultado un desconocimiento de ellos mismos.
Cinco atores, dos mujeres y tres hombres conforman el espectáculo bajo la dirección de DANIEL VERONESE. El texto le viene dado al autor por sus propias indagaciones.
Pone de manifiesto a una hija que con el paso de los años, la madre no le ha revelado cual es su verdadero padre. Con una vida familiar impropia de una niña se muestra la decadencia de la familia como tal y llevada a los extremos en un banco cualquiera donde el propio vecindario es cómplice.

Dolores Calatayud.

Crítica sobre la obra teatral

"PEDRO DE VALDIVIA: La gesta inconclusa"


En una escena tres juglares, cantan y representan la historia de la conquista de Chile.
La compañía de teatro TRYO TEATRO BANDA de Chile presentó el pasado día cinco de Octubre la obra de teatro de género dramático: "PEDRO DE VALDIVIA: La gesta inconclusa." Una puesta en escena de la conquista de Chile por tres actores: Francisco Sánchez, Pablo Obreque y César Espinoza, teniendo como director a Sebastián Vila.
La obra pone sobre las tablas como Pedro de Valdivia llega a conquistar los terrenos ubicados al final del mundo. La tarea es difícil, pues los pueblos originarios se oponen a las travesías de los nuevos habitantes. Esta disputa genera numerosos conflictos de poder entre los españoles y los indígenas, los cuales son relatados por Pedro de Valdivia al rey Carlos V a través de cartas.
Un gozoso espectáculo bien abocado por este grupo independiente que aborda la crónica histórica. Es uno de los estrenos más estimulantes que han podido ofrecer en mucho tiempo. Basada en las cartas del conquistador español, la pieza escoge pasajes del epistolario de Valdívia, donde reporta avances y desventuras de como fue la conquista de Chile.
Las misivas son teatralizadas con gran dinamismo, construyen y desmontan paisajes con poco elementos. Las escenas dibujan e hilan el camino de la nación que no termina de construirse del todo, siempre asolada por pugnas y múltiples disputas domésticas, traiciones y terremotos.
El relato cuenta la resistencia de los pueblos promovida y matizada por una variedad de instrumentos como:  BANDOLEÓN, ACORDEÓN, CLARINETE, VIOLIN, GUITARRÓN, CHILENO, TROMPON, BAJO ELÉCTRICO, CHARAGO y otras piezas originarias de percusión.
Este montaje ya fue estrenado por primera vez en Hayo de 2009, premiada por el CIRCULO DE CRITICOS DE ARTE DE CHILE como obra ganadora al mejor montaje nacional, ofreciendo un acercamiento irónico a la trastienda de la gran historia y una reflexión sobre los aspectos medulares de la identidad local de una manera lúdica, musical y juglaresca.


Dolores Calatayud.

Pienso

Cuanto más lo pienso más seguro estoy de que si ese día no hubiera salido a la calle todo lo que me ocurrió, y te lo digo de verdad, no me habría pasado.
Ya se que algunas veces suelo ponerme pesada, pero ¿A quién le cuento yo mis cosas? ¡Sólo te tengo a ti! A pesar de todo me cuesta reconocer que no me entiendes, tampoco quiero que lo hagas, ya tendrás tiempo para hacerlo.
¡No me mires con esos ojos! Que sí.


Dolores Calatayud.

El diálogo

¿Qué hace que yo tenga un diálogo contigo? Como los románticos podría decir: por tus ojos, por tu boca, por tu... qué se yo. Por tantas cosas podría ser, pero esa no es la cuestión.
La simplicidad con la que me hablas hace que cuando te escucho se formen en mí horizontes por descubrir. Esa pequeña semilla te engrandece tanto que me siento perdido. Tú dices que no entiendes como un chico como yo camina con tanta desorientación. No se responderte, hay cosas en mí que no sabría explicar como mi implicación en la muerte de Marcos. Si tengo que decir que fue lo que me llevó a coger aquel cuchillo de su pecho y después de sacarlo volvérselo a clavar podría dar mil vueltas razonando lo irrazonable y te juro que no llegaría a ningún sitio.
La perspectiva de sentirme atraído, llevando por la euforia colectiva sería decir poco, incluso me molesta que digan que fui impulsado por los efectos del alcohol. No es cierto. A ti te lo puedo contar, no hay nada más gratificante por lo menos para mí que la sensación de notar como una hoja de un cuchillo va partiendo según pasa piel, músculo, órganos, arterias... que son parte vital de la propia existencia. Y que decir del cálido tacto de la sangre, ¡Dios! No hay nada más placentero.
No me mires así, no digas como todos los demás que estoy loco. Que soy un enfermo. No. No estoy enfermo, me gusta matar, saboreo cada segundo cuando quito una vida, cuando pisoteo la dignidad humana.
Tú, ya lo sé, todo esto te da una visión ordenada de como soy, de las cosas que me gustan, por eso he preferido hablar contigo antes de que puedas sacar conclusiones equivocadas.
Lo que yo hago no es otra cosa que dejarme llevar por mi propio instinto, no está lejos del tuyo. Yo quito la vida de otra gente y tú haces de salvavidas, es una lucha siempre impregnada de fuerzas distintas, opuestas pero que al final se complementan. Estoy seguro de que voy a morir, que va a haber contemplación conmigo y si piensas que tengo miedo te equivocas, me muero por conocer esas sensaciones que tantos han sentido al morir.
Por lo tanto y antes de que me digas nada, créeme si te digo que este momento ha sido para mí el último placer que podría darme. Y dicho esto cuando quieras hablamos.



Dolores Calatayud.

Comentario

"En una farola"


Sólo contaba siete años. Su pequeño cuerpo ya había conocido el dolor en demasiadas ocasiones. En su rubio y largo pelo rizado se encendía toda la soledad y amargura de alguien que es querido. Se le nota en los ojos que no quiere llorar, que ni lágrimas le quedan que mojen sus pálidas mejillas. Le pregunté ¿Cómo te llamas? No contesta, esconde la voz al tiempo que se recoge como un ovillo contra el muro. Calla y mira. Es como si el reloj de su tiempo se hubiera parado en el día en que vio la luz por primera vez. Nadie podría aventurar como se quebraría su frágil vida.
Hoy, viéndola sola, acurrucada y temblando de frío o quizá de miedo sólo quiere dormir. Dormir y ocultar las marcas de la piel que resaltan bajo la tenue luz de la farola. No me quedó otro remedio que cogerla en mis brazos y acurrucarla contra mi pecho para que dejase de tiritar.


                                                                                                       Dolores Calatayud.